Los tribunales ahora castigan al que agrede con ruidos
NO ES ABUSO, ES AGRESIÓN, POR RUIDOS
No, no hablamos de La Manada, no estamos hablando de delitos sexuales, estamos hablando de delitos cometidos usando el ruido como arma , el ruido para hacer daño.
Últimas sentencias: El ruido para hacer daño ya no queda impune
Sentencias por agresión por ruido
Recientemente estamos asistiendo a la aparición de sentencias en los juzgados penales que condenan a penas de prisión por las consecuencias del ruido humano o de animales domésticos bajo la responsabilidad de sus dueños.
Penas de cárcel por agresión por ruidos
Me refiero a sentencias sobre situaciones que nos pueden suceder a cualquiera, como:
1. La sentencia de un Juzgado de Vitoria de 4 meses de prisión y una indemnización de 12.000 euros por los ladridos continuos de un perro que sufría maltrato animal
2. Y también a esta otra sentencia de un Juzgado de Cerdanyola del Vallés que condena al presidente de una peña de fútbol a 6 meses de privación de libertad y al pago de una indemnización a las víctimas de 10.000 euros por los daños causados por el ruido y el alboroto de los hinchas en su local.
Nuevo enfoque de los tribunales: El ruido no solo es abuso sino agresión
Emerge así una nueva conciencia de los tribunales para cambiar el enfoque que se veía dando para estas acciones que se calificaban solo como abuso de derecho en el ámbito civil, dentro de la responsabilidad extracontractual de daños.
El ruido puede llegar a ser un arma de agresión
Los tribunales están adquiriendo una mayor sensibilidad al abuso del ruido y entienden que su utilización dolosa e incluso negligente (o falta de cuidado), por reiterada y falta de respeto a los demás; llega a ser considerada como un “arma“ capaz de agredir y ocasionar lesiones psicológicas y daños morales por el sufrimiento ocasionado.
El ruido es agresión y causa daños serios a la salud
Esta es la clave, se empieza a asumir que el ruido es una forma de agresión y causa lesiones y secuelas psicológicas en las víctimas que lo padecen de forma crónica, tales como:
- Síndrome ansioso depresivo
- Cuadro de fobia a llegar a casa
- Angustia
- Hipersensibilidad
- Irritabilidad
- Alteraciones del sueño
Y las repercusiones que conlleva para toda la dinámica familiar y su convivencia con esta intromisión en el hogar.
El ruido puede llegar a ser un delito de lesiones
Delito de lesiones por ruido recogido en el artículo 147 del Código Penal
Por tanto, se está acabando la idea aceptada de que:“en mi casa yo hago lo que quiero y al que le moleste que se aguante”, porque puede estar cometiendo un delito de lesiones tipificado en artículo 147 del Código Penal; por el que se puede llegar a castigar esta conducta con la pena de 3 meses a tres años por el menoscabo de la integridad corporal o la salud física o mental del perjudicado.
El acosador no pone ningún remedio para evitar los ruidos
Lógicamente, sólo las conductas reiteradas que suponen una falta de respeto grave a la intimidad e integridad del otro, por despreciar sus quejas a los daños que le están ocasionando sin poner ningún remedio; puede llegar a ocasionar estas lesiones y considerarse agresión; y por tanto ser objeto de una condena por delito de lesiones.
Probar los daños causados por el ruido
Tratamiento médico y/o psicológico-psiquiátrico por agresión por ruido
Así, para la prueba en el juicio debemos aportar informes del médico especialista en valoración del daño corporal. Y, además de lo anterior, psiquiatras o psicólogos que hayan seguido al paciente en el tratamiento de psicoterapia para explicar al juez la relación de causa/ efecto entre la agresión por ruidos y la lesión.
En este sentido, es recomendable que la persona que se vea afectada por la persistencia de un agresor acústico, y se vea dañada en su salud mental debe acudir a tratarse con un especialista y hacérselo saber a su agresor para que sepa las consecuencias que está causándole, y de no corregirlas se atenga a las consecuencias penales.
Denunciar el ruido tantas veces como haga falta
Y por supuesto, es necesario para la prueba denunciar incesantemente a la policía municipal, al ayuntamiento, y a la comunidad de propietarios la situación de acoso a la que se ve sometida la víctima del ruido.
No se trata de que nos dejen sordos, pero tampoco que nos vuelvan locos
Para poder obtener el amparo de los tribunales penales, debería bastar con acreditar que la agresión reiterada por ruidos es potencialmente lesiva por la intención inequívoca del acosador de dañar.
CONCLUSIÓN:
✓ Así que, cuidado, se está acabando la impunidad de la agresión por ruidos.