LA LEY DEL SILENCIO: EL RESPETO
La Educación contra el Ruido
La educación nos aparece como la mejor vía para alcanzar una sociedad sin ruidos. Solo mediante la educación y la formación en el respeto a los demas, llegaremos al silencio como un bien digno de protección jurídica.
Educando en valorar el silencio, es el camino para conseguir en el futuro una mejor calidad de vida.
El silencio como bien jurídico
En este blog hemos reflexionado sobre diversos aspectos legales acerca del ruido y su tratamiento jurídico en las distintas jurisdicciones que lo regulan en el ámbito civil, penal, y administrativo; en la esfera constitucional e incluso en el ámbito internacional.
El silencio ha venido emergiendo paulatinamente en el derecho hasta constituir un bien jurídico nuevo digno de protección nada menos que en la esfera de los derechos fundamentales de las personas por afectar a la salud, la intimidad y derecho al desarrollo de la personalidad, el medio ambiente urbano, la propiedad.
La defensa contra el ruido no es solo una cuestión de legislar y multar
Pero siendo, sin duda el reconocimiento del derecho a no ser agredidos por los ruidos un enorme progreso social, no podemos ser displicentes, y debemos reflexionar sobre lo mucho que queda por conseguir para que nuestras ciudades cada vez más pobladas y tecnológicas sean más acogedora con sus gentes.
Cuanto menos ruidosa sea una sociedad, más avanzada y desarrollada culturalmente
Tenemos que asumir que la ley no llega a todo por mucho que trate de regular cada situación, y que por mucho que se regule el ruido, que siempre tiene un origen en las personas o en el uso que hacemos de las máquinas, se trata más que nada de un asunto cultural, en el sentido educacional, que tiene mucho que ver con el desarrollo de la sociedad. Podemos afirmar que cuanto más tranquila y silenciosa es una sociedad mayor es su desarrollo cultural y su progreso económico.
Podremos hacer todas las leyes y reglamentos que queramos, pero si no se inculca al ciudadano el respeto al otro con nuestro control del ruido para no perjudicarlo, de nada servirán.
La mejor prevención contra el ruido: la educación
La comunidad tiene que asumir cada vez más que la gestión de nuestros ruidos es un tema de educación y respeto que hay que inculcar en los colegios, en las familias, en todos los ámbitos sociales para conseguir crear una mayor sensibilización a las consecuencias negativas que afectan a nuestros conciudadanos, de la misma manera que somos conscientes de los problemas de la higiene en nuestras viviendas, edificios y espacios públicos.
La educación es la base del futuro. Hay que desarrollar la sensibilidad de que nuestro ruido porque se trata de nuestra calidad de vida.
Los tribunales no pueden ser la única vía de solución de conflictos por ruidos
Debemos ser conscientes que cuantas actividades se desarrolla en el ámbito doméstico, en la intimidad de las personas y familias en sus hogares es muy difícil el control del derecho y sus agentes reguladores, y que solo los casos más graves y sangrantes pueden recabar el amparo de los tribunales.
Debemos aprender el valor del silencio
Y que aun pudiendo obtener una sentencia que reconozca la vulneración de nuestro derecho a no ser agredidos por los ruidos, es muy difícil hacerla cumplir permanentemente si no se cuenta con la colaboración del agente contaminante para que deje de perjudicar con su actividad desde su vivienda.
- ¿Cómo se podría estar vigilando continuamente para que no se ponga música, televisión, aparatos e instrumentos en las horas de descanso?
- ¿Cómo estar midiendo continuamente?
- ¿Cómo reclamar a la Policía cada vez?
Las multas y sentencias por ruido, deberían ir acompañadas de reeducación
Para eso habría que establecer una política de reeducación, sensibilización social, con el quien atenta con sus ruidos a otros, como con se hace con agresores físicos, pues en estos casos la represión no es un antídoto eficaz si no va combinada de la reeducación.
Pero insisto, para no llegar a la sanción lo mas adecuado es crear una política preventiva educativa en los niños, y fomentar una sensibilización ciudadana.
Los ruidos, motivo de disputa recurrente entre vecinos
En mi experiencia profesional, los casos más complicados de resolver son los ruidos procedentes de las relaciones vecinales, que lejos de arreglarse con el derecho se enquistan y crucifican, por lo que para darles solución se debería tratar de desjudicializar dotando a la a las leyes de propiedad horizontal de mecanismos internos en las comunidades para darles soluciones rápidas y sencillas aprovechado los agentes y mecanismos que ya reconoce.
Los problemoas de ruidos entre vecinos deberían tener sus propios cauces internos de resolución
Estoy pensando en establecer un sistema de mediación o negociación obligatorio con el administrador como si fuera un juez de paz de un pequeño municipio, y regular su tratamiento en las junta de propietarios como un problema comunitario que atañe a todos los residentes de la finca, porque altera la paz social de la comunidad, en sentido de ser una pequeña sociedad, una pequeña aldea. Nadie debería desentenderse de aquello que crea un conflicto entre sus vecinos que comparten un mismo espacio.
Cosas disyuntas son los grandes casos de contaminación acústica por actividades empresarial de hostelería, industriales u ocio, que afecta a una generalidad, y cuyo tratamiento es más de orden público, donde el derecho y sus agentes de la ley puede actuar con más eficacia.
EN RESUMEN: Valoremos el silencio para mejorar nuestra calidad de vida
Sigamos construyendo una sociedad más civilizada desarrollando una mayor conciencia del valor de silencio; creando una contracultura del ruido. Unos ciudadanos educados, amables y respetuosos entre si, y por tanto una sociedad más social.
Hagamos que la Costumbre (como Fuente del Derecho) de respetar, de no alterar con ruidos la vida de los otros, se convierta, sin necesidad de normas, en la principal Ley del Silencio: el Respeto.