Imaginando mecanismos para la convivencia vecinal

El ADMINISTRADOR / JUEZ DE PAZ para resolver conflictos de ruidos entre vecinos

Una propuesta diferente para afrontar los problemas de ruido en comunidades

La larga cuarentena que vivimos es una buena ocasión para reflexionar sobre la necesidad de modernización de las leyes que regulan el ruido, la propiedad horizontal y las relaciones vecinales.

Las quejas por ruido persisten

Nos encontramos con la paradoja de que, cerrados los bares, hay tantas quejas, o más, por ruidos a causa de las conductas vecinales incívicas e insolidarias en los edificios comunitarios.

¿Se puede hacer algo ante el aumento de los conflictos entre vecinos por ruido?

Es un efecto pendular, han desaparecido los ruidos del exterior, y se ha revelado los del interior de los edificios con más vigor.

Los abogados estamos teniendo multitud de quejas y consultas sobre una infinita casuística de ruidos que alteran la vida cotidiana en los hogares. Me gusta llamarlo “el todo en casa“:

⌀ El gimnasio en casa

⌀ El cine en casa

⌀ La «disco» en casa

⌀ El taller en casa

⌀ La escuela de música en casa

⌀ La guardería en casa

Y así podemos seguir con todo en lo que se puede convertir nuestras viviendas.

Ante tan desaforada creatividad hogareña hay que recordar que en esta situación de confinamiento se nos olvida que se convive con la otra cara de la moneda, más bien, con la cruz:

☒ Los enfermos postrados

☒ Nuestros mayores, asustados, que por su riesgo no pueden salir

☒ Los que están pasando un duelo de lo más dramático

☒ Los sanitarios que tienen que descansar después de guardias salvajes

☒ Los que tienen que tele-trabajar en casa

☒ Los que tienen que estudiar

☒ Los que tienen que seguir y salir adelante…

Ruidos de vecinos, un problema de máxima vigencia

Ahora es frecuente ver carteles solidarios ofreciéndose algún vecino de la finca a ayudar a quien lo necesita; pero es raro ver alguno interesándose si con su actividad lúdica está molestando a alguien.

No quiero decir que los edificios sean conventos de clausura, pero todos debemos ser conscientes y empáticos desde la cara de la moneda que nos haya tocado, pero sin duda, debemos ser más sensibles con aquellos que llevan la cruz.

Ni las leyes, ni la administración de justicia están preparadas, ni lo estarán, para una intervención rápida y eficiente para dar solución a las guerras de patios y escaleras que atañen a la íntima e inevitable convivencia de personas muy distintas.

La privacidad de los hogares se ve afectada por el ruido de las actividades de diversión y ocio que se propaga desde las viviendas al resto del edificio, y a los que comparten patios, plazas y calles aledaños.

Los vecinos ruidosos: un problema comunitario

Estos problemas, incluso los que se dan de vecino contra vecino deben ser tratados como asuntos comunitarios, no entre particulares, pues suceden en comunidad que no solo lo es de propietarios, sino de “buenos “ vecinos, de personas «humanas».

Urge modernizar los mecanismos legales para resolver problemas entre vecinos

Por eso, en mi opinión, sería necesario articular algunas herramientas legales más ágiles y efectivas para atajar estos pleitos vecinales, a fin de mantener la convivencia pacífica entre las familias que constituyen esta aldea global vecinal que son las Comunidades de Vecinos.

Estoy pensando desde luego en la modificación en este sentido sobre todo de la Ley Propiedad Horizontal, LPH, de 1960, pero entre tanto que nuestros legisladores se ponen manos a la obra, lo cual no se avista en el horizonte, sí cabría imaginar una solución inmediata:

¿Que pueden hacer las Comunidades?

Las Comunidades pueden modificar sus estatutos o crear unas normas de convivencia, cada una a su medida, para dotarse de órganos conciliadores para que los contendientes tengan que dialogar y encauzar sus cuitas  en presencia de un árbitro suficientemente objetivo.

La figura del Juez de Paz Vecinal

Considero que a los Administradores de las Fincas se les podría dotar de ciertas facultades para estos efectos, o bien que ellos pudieran facilitar la intervención de un abogado común, árbitro o mediador que pueda asesorar sobre la búsqueda de soluciones que permitan que la convivencia comunitaria sea pacífica y estable. Se trataría de constituir en la Comunidad un «Juez de Paz»

Estas medidas contribuirían a que la justicia fuera más ágil

De esta manera también se podrán descongestionar los juzgados ordinarios si se exigiera que no se pudiera presentar ninguna demanda de conflictos de convivencia vecinal sin antes haber intentado un acuerdo comunitario, y se haya levantado acta de la situación de la posición de las partes que justifique realmente un pleito.

Conclusión

✓ Con un mecanismo así sería más viable resolver los problemas que se están planteando durante esta reclusión sanitaria que estamos padeciendo, ( y que puede volver a darse de nuevo ), y para los que la sociedad no tiene medios eficaces de resolución.

Solidaridad y Fraternidad. Saquemos de esta experiencia las armas de la paz para el futuro. Seamos solidarios, sí, y sobre todo seamos más fraternos con nuestros convecinos que sufren.

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