El Ruido: Signo de DECADENCIA Cultural

La Inteligencia es inversamente proporcional a la capacidad para soportar Ruido

¿Podría ser visto el omnipresente ruido de la vida cotidiana como un signo de decadencia de nuestra civilización?

Reflexión para intentar entender por qué en nuestro mundo hay tanta tolerancia al ruido

Se trata de abrir caminos de reflexión y de debate, que nos ayuden a entender un poco más claro el problema del omnipresente ruido en nuestra vida cotidiana.

El ruido, además de un problema de educación un signo de decadencia cultural

Desde luego el problema del ruido es un problema de educación; pero quizá podemos ir un poco más allá; ir a la raíz de la cuestión.

TESIS

La idea que vamos a intentar desarrollar es la siguiente:

El ruido más allá de un problema de Educación, puede ser visto como un signo de decadencia de nuestra civilización.

Este signo de decadencia vendría a reflejar el desprecio por la palabra hablada que rige en nuestro mundo.

Esta falta de valor que damos a la oralidad sería consecuencia a su vez, de un progresivo y aplastante predominio de lo escrito frente a lo dicho.

Preponderancia de lo ESCRITO frente a lo Oral

Como dice el proverbio latino, «Verba volant scripta manent«.

Significa «las palabras vuelan, lo escrito queda».

Es una cita tomada de un discurso de Cayo Tito al senado romano.

En español solemos decir: las palabras se las lleva el viento.

Se resalta con ello la fugacidad de las palabras, que dejan de tener valor con el paso del tiempo, frente a la permanencia de las cosas escritas.

Lo escrito, goza pues de la autoridad y el prestigio de lo que permanece, frente a la oralidad, lo que se dice.

En nuestro mundo, damos mucha más importancia a lo escrito que a lo hablado.

Prueba de ello es que nuestra Ley es fundamentalmente , LEY ESCRITA.

El CONOCIMIENTO ya no es oral sino escrito

Antes el depósito del saber se encontraba en la tradición, en los viejos.

Ahora ya no usamos la palabra «viejos», sino el eufemismo tercera edad; quizá para lavar la mala conciencia de saberlos prescindibles en nuestra sociedad.

Ahora el saber está en internet; (y si acaso en los libros) y no en la experiencia de los ancianos.

Ahora el saber ya no viene de escuchar; y por tanto el acto de escuchar ha perdido importancia.

Si escuchar ya no es importante, el Silencio pierde su valor

Pues bien, en un mundo donde se desprecia lo oral, donde escuchar ha perdido su importancia; en este mundo, decimos, el silencio ha perdido su valor.

Si el Silencio pierde su valor, su lugar es ocupado por el Ruido

Es condición indispensable para escuchar el silencio; pero si escuchar ya no es importante, entonces el lugar del silencio es ocupado por el ruido.

Así el ruido ha invadido casi todos los ámbitos de la sociedad. Hasta tal punto es así, que se podría decir que hay una especie de horror al silencio.

La MÚSICA también pierde su valor

Pero no solo el silencio carece de valor. paradójicamente también la música en nuestros días parece haberse devaluado.

En parte, esto podría explicarse por la copia ilimitada que permite la digitalización. La piratería, dicen, ha hundido a la industria discográfica.

Pero junto a esto, es la sobreabundancia de música, que la encontramos prácticamente en cualquier sitio, lo que explica su pérdida de valor.

Si en la mayoría de los lugares públicos como bares cafeterías hay música de fondo; si incluso en las tiendas de ropa o en las salas de espera del dentista hay música; entonces se produce un hartazgo y una falta de aprecio.

Únicamente hay silencio en aquellos lugares donde la palabra sigue conservando su valor; donde escuchar sigue siendo importante.

Por ejemplo nos resultaría impensable imaginar una sala de un tribunal con hilo musical.

También parece grotesco y chocante una escena médico-paciente en una consulta con música o publicidad de fondo, sonando a todo volumen.

CONCLUSIÓN:

El ruido, ¿OCASO de nuestro Mundo?

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